Este mes de mayo hemos disfrutado mucho de los encuentros celebrados por la zona (Alcalá, Torrejón, Guadalajara), y much@s de vosotr@s me preguntabais lo mismo: «pero ¿dónde está rematado que no se nota nada?». O «¿Cómo lo haces? A mí solo me han enseñado a rematar con nudos».
Y es que, un mal remate desmerece todo el trabajo que has realizado con tanto esfuerzo y dedicación. Así que, con esta entrada pretendo haceros reflexionar un poco.
No hay una única forma de rematar, dependerá mucho de la labor y los puntos utilizados, de hecho, en un mismo trabajo puedes (y debes) utilizar más de una forma de rematar, así puedes usar los nudos planos, los hilos mágicos, la «marcha atrás»…. En este sentido, me parece que el libro de cierres invisibles de Martina Wolter-Kampmann es imprescindible, el título es «Invisible. Hidden starts and finishes in bobbin lace» (está en inglés y alemán).
Pero lo que quiero destacar es que no podemos ponernos a pensar en el cierre cuando ya hemos acabado el trabajo; sino que tenemos que hacerlo antes de empezar a trabajar.
Todos estamos ansiosos por empezar un nuevo trabajo, llenamos los bolillos y zas, empezamos en cualquier sitio la labor. Y ese es el mayor error que podemos cometer. Es preciso estudiar y analizar bien un picado, pensando qué puntos vas a emplear y cuáles son los mejores métodos para rematar esos puntos y una vez claro, se empieza por el sitio que más nos interese para el remate. Porque el remate tiene que existir, nuestro objetivo será hacerlo lo mejor posible para que no se note, pero exisitir, existe.
Y obviamente, los inicios y cierres se practican, igual que cualquier otra técnica, es preciso una base, una metodología y mucha práctica.
Te dejo un link por si quieres más información sobre los cursos de inicios y cierres.